A unas 36 horas de su muerte, Juan Gabriel cerró lo que sería su último concierto en Los Ángeles. Ante un lleno total, alrededor de 18.000 personas, y acompañado de 60 músicos, el Divo de Juárez se paseó por las más conocidas de sus 1.600 canciones.
“Querida, dime cuándo tú vas, dime cuándo tú vas a volver ah aha”
“Amor eterno e inolvidable”
“Hablame de ti, cuéntame de tu vida”
Hasta el “Noa noa”, su primer gran éxito salió de la garganta del gran Alberto Aguilera, uno de los cantautores más grandes y prolíficos que ha dado el mundo hispano.
Su legado musical es innegable. Tanto, que todos los medios de comunicación importantes del mundo occidental han cubierto su muerte. Pero para mí sus últimas palabras para su público es el verdadero legado que nos dejó Juan Gabriel.
“Felicidades a todos los que están orgullosos de ser lo que son”
Con este mensaje en las pantallas alrededor del escenario nos dio su adiós. Y es que Juan Gabriel desde el principio se negó a pretender y a discutir, a debatir su intimidad. Al que se le ocurría preguntarle sobre su sexualidad, el Divo de Juárez contestaba, “lo que se ve no se pregunta”.
En mi casa, la primera vez que se habló de la homosexualidad fue después de ver a Juan Gabriel en la televisión. Sin hacer nada más que ser él mismo, Juan Gabriel me enseñó que se puede ser diferente y hasta restregar en la cara de los prejuiciosos las diferencias, y seguir hacia arriba. Qué el talento y la verdad interior tienen tanta fuerza que aplastan prejuicios.
Él siempre fue él. Divo, creador, filántropo.
Estas fueron sus últimas fotos. Gracias por tanto