El Zar de la Belleza Osmel Sousa se despidió hoy del Miss Venezuela, la organización a la que entró en 1971 y que convirtió en una de las fábricas de reinas de belleza más exitosas del mundo.
Sousa, conocido en Estados Unidos como juez de Nuestra Belleza Latina, anunció una decisión que venía masticando desde hace tiempo en las redes sociales.
“Estaré allí todo lo que pueda”, me dijo Sousa hace dos años, en la final de la última temporada de NBL, el realtity de Univision. “Yo amo a Miss Venezuela”.
Se ve que el deterioro del país y las presiones políticas pesaron más que ese amor, que Osmel, como le llamamos los venezolanos, tiene escrito en todo su ser. Para nosotros Osmel es Miss Venezuela y su retiro es una señal más, por superficial que sea, de la tragedia colectiva en la que se ha convertido Venezuela.
Para alguien de otro país puede que resulte difícil entender la relación que tenemos los venezolanos con el concurso y con nuestras misses. El Miss Venezuela es casi un símbolo patrio. Crecemos pensando que el tener las mujeres más bellas del universo es motivo de celebración. Una fuente de orgullo. Es lo que sentía yo hasta que salí de Venezuela y con un poco más de distancia me di cuenta que era el culto a la cosificación femenina y la reafirmación del machismo.
Aun así, aun es emocionante pensar en la gran cantidad de mujeres venezolanas que han ganado concursos, han hecho carreras en los medios de comunicación, el modelaje y hasta en el cine, después de salir de la disciplinada mano de Osmel.
Porque eso sí que tiene él. Disciplina.
A sus 71 años, Osmel podría estar pensando en retirarse, pero no creo que lo conciba. Sin duda, ampliará sus temporadas en Miami, donde ha creado una academia de modelaje con la empresaria y modelo Giselle Reyes. Sin duda seguirá haciendo misses, ahora latinas residentes en Estados Unidos.
También se ha dedicado a dar consejos de belleza por internet y debe tener más de una consultoría. ¿Quién no querría aprender de Osmel Sousa?